Asociación "La Muela": Cena del Día de la mujer

Como estaba previsto, el día 9 de marzo la Asociación de Mujeres celebramos la cena conmemorativa del DÍA DE LA MUJER.

Un grupo de voluntarias se reunió en el centro cívico, lugar donde se celebraría el evento, para dar comienzo a los preparativos. Se dispusieron las mesas y se cuidaron los detalles para que cuando a la noche llegaran el resto de las asistentes, todo estuviera listo y resultara una mesa digna de una cena de gala, puesto que este es uno de los actos más significativos de nuestra asociación.

Todas teníamos un pequeño detalle en nuestro sitio, cortesía de la asociación, que nos daba la bienvenida. Una vez que todas las participantes se hubieron acomodado, la tesorera de la asociación recibió a todas con unas palabras para darlas un saludo en nombre de la directiva y para animarlas a seguir participando en las actividades programadas. También se dio las gracias a las directivas anteriores por haber propiciado el camino que nos ha traído hasta aquí y se animó a las generaciones más jóvenes de mujeres a integrarse en el grupo para asegurar el futuro de la asociación y seguir dando vida a nuestro pueblo con las actividades semanales.

Y por último,…el brindis final:

“y ya no quiero haceros esperar más

para degustar la viandas.

Disfrutemos de la velada, de la compañía

y de la actuación que aguada.

Y ahora os voy a invitar

a que levantéis vuestra copa

para brindar juntas

por todas nosotras.

¡Viva la Asociación

de mujeres rurales La Muela!

¡Viva Castronuño y sus mujeres,

de la más niña a la abuela!

¡POR NOSOTRAS!”

Terminada la cena, incluyendo café y por supuesto postre, creación de Xokoreto, comenzó la actuación musical de Cecilio y la entrega de los premios del juego del 15 celebrado el fin de semana anterior.

Tras un primer pase de acordes y bailes, llegó el también tradicional y esperado “juego de las sillas” que, aunque parece un inocente juego infantil, provoca algún que otro empujoncillo con el afán de postrar las posaderas en la silla para resultar ganadora del premio final, este año un rico queso autóctono. Pero nada más lejos de crear disputas, lo que genera es un momento alegre y de risas, sobre todo para las mujeres que desde la barrera siguen con atención el discurrir del juego y hasta intervienen como jueces si surgen dudas ante cualquier eliminación.

A pesar de que la final fue menos acelerada de lo habitual, puesto que todo quedó en familia, ninguna se dio por rendida y nada de cortesías generacionales: ¡Una final es una final!

La noche prosiguió entre música, risas algún que otro cubatilla, bailes del recuerdo, pero sobre todo… una velada de diversión y convivencia en armonía.

Esperemos que se repita muchos años.